martes, 19 de febrero de 2013

LA PERSPECTIVA DE GÉNERO Y CRIMINOLOGIA: UNA RELACION PROLIFICA


LA PERSPECTIVA DE GÉNERO Y CRIMINOLOGIA: UNA RELACION PROLIFICA
Norma Fuller

RESUMEN
Los factores económicos, políticos y culturales afectan de manera diferente a varones y mujeres y sobre todo, que el sesgo androcéntrico había conducido a ignorar a la población femenina asumiendo que sus necesidades eran las mismas que la de los varones.
Según se argumenta, lo masculino ha sido identificado con lo universal, la razón y el saber, mientras que lo femenino ocupa el lugar de la falta. En consecuencia, las diferentes disciplinas asumían que las necesidades, intereses y características de los varones eran generalizables para toda la humanidad, y que las particularidades de las mujeres eran señal de inferioridad o carencia.


LOS DESVIOS DE LAS MUJERES
Los estudios sobre criminalidad se caracterizaban por su androcentrismo, es decir, generalizaban a partir del modelo masculino. En sentido contrario, las particularidades de las mujeres recibían muy poca atención. Los juristas y penalistas ensayaron diversas interpretaciones de este fenómeno. Por ejemplo, Lombroso y Ferrero vinculaban la baja criminalidad femenina a su mayor respeto a la ley y a su innato conservadurismo.
La criminalidad femenina tendía a ser juzgada con mayor dureza que la masculina porque se suponía que las mujeres que caían en esas prácticas iban contra la naturaleza femenina y eran criaturas degradadas. La infidelidad conyugal es un buen ejemplo de la asimetría existente entre los sexos.



 CRIMEN Y PATRIARCADO
En la década de los 60 del siglo XX, cuando el movimiento feminista impulso la revisión de los sistemas jurídicos y penales porque, según denunciaba, estaban fundados en la exclusión de las mujeres y en la universalidad del modelo masculino. Los juristas feministas proponen que es necesario llenar el vacío de género. Las criminólogas feministas dirigieron la investigación criminológica a temas específicos como: falta de protección de las mujeres dentro del sistema de justicia penal frente a la violencia masculina, la baja tasa de incriminación femenina, así como sus formas de criminalidad(aborto e infanticidio), dejaron de ser marginales e ingresaron al centro del debate.
El concepto de patriarcado fue útil para explicar la experiencia femenina en el sistema judicial y penal y para entender la división  de sexo dentro de la ley, los procesos criminales y la vigilancia policial.
La teoría feminista critico el concepto de patriarcado y la idea de que existe una subordinación que vincula a toda la población femenina porque supone que todas las mujeres son iguales y tienen los mismos intereses. Por ello muchos militantes que pertenecen a etnias o razas dominadas denunciaron que esta propuesta tendía a borrar la diversidad cultural.



 GÉNERO Y CRIMEN
La perspectiva de género hace evidente que en toda sociedad existen patrones específicos de relaciones entre hombres y mujeres. Es decir, que hombres y mujeres tenemos roles asignados según nuestro género y estos últimos suponen diferentes derechos y obligaciones. Las relaciones de género son también relaciones de dominio y por lo general, los varones monopolizan las posiciones con mayor poder y prestigio. Los primeros estudios sobre género y crimen sugieren que las mujeres están sujetas a una serie de presiones y premios para aceptar las reglas mientras que los hombres tienen mayores oportunidades de soslayarlas.
En la década de los noventa los estudios con perspectiva de género han abierto nuevos temas y contribuido a comprender las conductas criminales de hombres y mujeres.





LAS CONDUCTAS DELICTIVAS DE LAS MUJERES
Los delitos femeninos están directamente relacionados con los papeles atribuidos a la mujer en la vida social. La mujer aparece más como víctima que como autora, vinculada típicamente a la vida de familia, a los afectos, a las obseciones de la honra y a las relaciones sexuales prohibidas. Ella no aparece como sujeto sino como objeto, bien de agresiones o bien de disputa entre varones. Su objetivo es demostrar que las conductas delictivas de las mujeres son racionales y siguen objetivos, y por tanto, es necesario interrogar a las actoras y analizar su posición social. Ponen en evidencia las mujeres están constreñidas por una doble determinación: la clase y el género. En consecuencia, el tipo de crimen deberá lidiar con esto dos constreñimientos.

  
 VIOLENCIA FAMILIAR Y SEXUAL
Se enfoca en la violencia doméstica y el abuso físico y sexual de niños. Las tasa de denuncias son bastante menores que la violencia real.
Estudios sucesivos documentan que una de las formas de discriminación más común es que no se tiene en cuenta las denuncias de las mujeres porque la violencia doméstica se considera un tema privado. Los crímenes sexuales presentan tasas de denuncia muy bajas a causa de la vergüenza y del temor de las mujeres a enfrentar los procedimientos policiales. De hecho, la violencia contra la mujer es tan generalizada que ya no se la percibe como tal sino como una de las tantas incomodidades que las mujeres deben soportar. Paradójicamente, los estudios sobre violencia conyugal se centran en las mujeres y quienes la ejercen con más frecuencia, los hombres, son los últimos en ser llamados a la escena.
La violación, tanto de las mujeres capturadas como de la sociedad civil se convierte en un acto de guerra: el poseer a las mujeres del enemigo aparece como acto simbólico de dominación.



GÉNERO Y CULTURA POLICIAL
La cultura policial ha sido a menudo el blanco de las críticas de las investigaciones con enfoque de género. Según denuncian, esta última está basada en valores machistas que privilegian la agresividad, el sexismo y el racismo. Por ejemplo: los agentes policiales y judiciales tienden a aceptar como normal el asesinato, las golpizas y la violación de la esposa. En sentido contrario, se ha encontrado que las mujeres que cometen crímenes son mal vistas, no solo por el delito cometido sino por desviarse de la norma femenina. A menudo los excesos sexuales de las mujeres jóvenes son juzgados con rigor y las de los hombres jóvenes con indulgencia.
La variable género es importante para entender la conducta del cuerpo policial, es preciso cuidarse de hacer generalizaciones apresuradas porque la cultura policial puede ser muy variada.
La cultura de género de los cuerpos policiales ha sido también objeto de análisis y de crítica. Se argumenta que los valores policiales ensalzan la virilidad, el arrojo y el dominio, todos ellos asociados con el síndrome machista.


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